DÍA MUNDIAL DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL – El impacto ambiental del libro impreso y las nuevas prácticas de producción sostenible
Por qué se celebra el Día mundial de la Educación Ambiental
El Día mundial de la Educación Ambiental tiene su origen en el año 1972, cuando en Belgrado tuvo lugar, por primera vez, el Seminario Internacional de Educación Ambiental, con el objetivo de abordar la problemática ambiental y proponer actitudes y normas de comportamiento para cuidar del planeta desde perspectivas ambientales y sociales. En aquella ocasión, participaron más de 70 países y se discutió la importancia de la educación y la participación en iniciativas destinadas a la protección del medio ambiente.
Durante el Seminario se redactó la Carta de Belgrado, un documento que detalla metas, objetivos y directrices básicas relacionadas con la educación para la protección ambiental. A lo largo de los años, el 26 de enero se ha convertido en una oportunidad para discutir a nivel político global la situación de nuestro planeta, a través de varias conferencias como Tbilisi en 1977, Río de Janeiro en 1992, la Cumbre de la Tierra en 1997 y la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en 2015 (Nueva York). Estas conferencias dieron como resultado la redacción de documentos que constituyen las bases de nuestra relación con el planeta, con directrices para el presente y objetivos para el futuro, como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Hoy en día, el 26 de enero también es una jornada dedicada a conferencias, talleres educativos y actividades para concienciar a la sociedad y a las generaciones futuras sobre problemáticas como el calentamiento global, la importancia del reciclaje y nuevas iniciativas de desarrollo sostenible.
El impacto ambiental del libro impreso: cómo el sector editorial puede marcar un cambio
Este día debe ser una oportunidad para que los profesionales del sector editorial discutan sobre el impacto ambiental del libro impreso. El mercado del libro está históricamente relacionado con temas controvertidos, como la deforestación (con la consecuente pérdida de biodiversidad), el uso de agua y energía, además de la contaminación asociada al sistema de distribución y venta de libros.
Como en cualquier negocio consumista, se enfrenta al tentador dilema de la producción a bajo costo, pero a un precio ambiental elevado. Por eso, son varias las iniciativas que han tomado pie en los últimos años para disminuir el impacto de la producción de libros en el medio ambiente.
Con respecto al problema de la deforestación, muchas editoriales han implementado mejores prácticas ambientales en el aprovechamiento de los recursos forestales, a través de la Certificación de gestión forestal sostenible (GFS) y la Certificación de la cadena de custodia (CdC), que aseguran la trazabilidad y origen de los productos. Además de esto, comienzan a verse más frecuentemente en los libros impresos sellos como el FSC, FSC Mixto y FSC Reciclado, que garantizan la procedencia del papel, respectivamente desde bosques bien gestionados (FSC), desde una mezcla de tres tipos de fibras procedentes de bosques certificados por FSC, originarias de fuentes controladas y derivadas de material reciclado (FSC Mixto) y desde fibras elaboradas con un contenido del 100% de material reciclado. Este último sello es desafortunadamente el menos común a día de hoy debido a su mayor coste.
Estos sellos, sin duda, han marcado un cambio positivo dentro del sector editorial; sin embargo, hay mucho trabajo que hacer aún. Muchas ediciones siguen lanzándose envueltas en plástico, un material aún demasiado utilizado también en el packaging. La cadena de distribución está organizada de forma que los libros siguen un proceso de ida y vuelta de la editorial a la distribución al punto de venta o cliente y luego de vuelta a los almacenes, donde muchas veces son tirados, provocando un inútil desgaste de combustible y gases contaminantes.
Puede que el cambio mayor, sin embargo, tenga que llegar de los lectores y de los autores mismos, de aquellos, de hecho, que no se dejan guiar por las directrices de la mentalidad capitalista.
Descubre más: La sostenibilidad en la industria editorial
El impacto ambiental del libro impreso: cómo lectores y autores pueden marcar el cambio
Peón Negro Editores es una editorial ecológica y comprometida con el cuidado del medio ambiente. Utiliza exclusivamente papel sellado FSC Reciclado, tintas ecológicas e incorpora materiales reciclados y libres de plástico en su packaging y gadgets editoriales. Además, prescinde de trabajar con distribuidoras para limitar el número de envíos innecesarios y reducir su huella de carbono. Sin embargo, este caso es una excepción, ya que hasta la fecha, muchas editoriales mantienen prácticas de producción que priorizan el ahorro en lugar de cuidar el planeta. Por esta razón, el cambio verdadero también debe llegar de aquellos que viven la industria del libro de manera indirecta, como los lectores y los autores.
Los primeros pueden contribuir al cambio eligiendo ediciones que exhiban los sellos FSC en sus portadas, evitando los libros envueltos en plástico, solicitando un packaging en papel o comprando libros en tiendas de segunda mano. De esta manera, podrían impulsar al sector, comunicando su interés en exigir un cambio que tenga en cuenta el medio ambiente.
Por otro lado, muchos autores reconocidos, como J.K. Rowling o Isabel Allende, han exigido que sus libros se impriman en papel sellado FSC o reciclado, marcando una actitud que debería haberse implementado hace años.
Sigue leyendo: ¿Puedo publicar mi libro en papel reciclado?
Día Mundial de la Educación Ambiental: una oportunidad para reflexionar y mejorar
La educación ambiental debe convertirse en una base para elaborar un nuevo estilo de vida. Debe volverse una práctica educativa interiorizada en la vida social para que los miembros de la sociedad participen, según sus posibilidades, en la tarea de mejorar las relaciones entre la humanidad y el medio ambiente. El 26 de enero es una oportunidad no solo para habilitar a los gobiernos mundiales, sino también para concienciarnos sobre el impacto que podemos tener en el futuro que nos espera, cada uno en su área de pertenencia. En el caso de Peón Negro Editores, aprovechamos este día para poner una vez más sobre la mesa el problema del impacto ambiental del sector del libro, contribuyendo, al menos, al despertar de una conciencia colectiva que impulse cambios positivos hacia un futuro más sostenible.
Por qué se celebra el Día mundial de la Educación Ambiental
El Día mundial de la Educación Ambiental tiene su origen en el año 1972, cuando en Belgrado tuvo lugar, por primera vez, el Seminario Internacional de Educación Ambiental, con el objetivo de abordar la problemática ambiental y proponer actitudes y normas de comportamiento para cuidar del planeta desde perspectivas ambientales y sociales. En aquella ocasión, participaron más de 70 países y se discutió la importancia de la educación y la participación en iniciativas destinadas a la protección del medio ambiente.
Durante el Seminario se redactó la Carta de Belgrado, un documento que detalla metas, objetivos y directrices básicas relacionadas con la educación para la protección ambiental. A lo largo de los años, el 26 de enero se ha convertido en una oportunidad para discutir a nivel político global la situación de nuestro planeta, a través de varias conferencias como Tbilisi en 1977, Río de Janeiro en 1992, la Cumbre de la Tierra en 1997 y la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en 2015 (Nueva York). Estas conferencias dieron como resultado la redacción de documentos que constituyen las bases de nuestra relación con el planeta, con directrices para el presente y objetivos para el futuro, como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Hoy en día, el 26 de enero también es una jornada dedicada a conferencias, talleres educativos y actividades para concienciar a la sociedad y a las generaciones futuras sobre problemáticas como el calentamiento global, la importancia del reciclaje y nuevas iniciativas de desarrollo sostenible.
El impacto ambiental del libro impreso: cómo el sector editorial puede marcar un cambio
Este día debe ser una oportunidad para que los profesionales del sector editorial discutan sobre el impacto ambiental del libro impreso. El mercado del libro está históricamente relacionado con temas controvertidos, como la deforestación (con la consecuente pérdida de biodiversidad), el uso de agua y energía, además de la contaminación asociada al sistema de distribución y venta de libros.
Como en cualquier negocio consumista, se enfrenta al tentador dilema de la producción a bajo costo, pero a un precio ambiental elevado. Por eso, son varias las iniciativas que han tomado pie en los últimos años para disminuir el impacto de la producción de libros en el medio ambiente.
Con respecto al problema de la deforestación, muchas editoriales han implementado mejores prácticas ambientales en el aprovechamiento de los recursos forestales, a través de la Certificación de gestión forestal sostenible (GFS) y la Certificación de la cadena de custodia (CdC), que aseguran la trazabilidad y origen de los productos. Además de esto, comienzan a verse más frecuentemente en los libros impresos sellos como el FSC, FSC Mixto y FSC Reciclado, que garantizan la procedencia del papel, respectivamente desde bosques bien gestionados (FSC), desde una mezcla de tres tipos de fibras procedentes de bosques certificados por FSC, originarias de fuentes controladas y derivadas de material reciclado (FSC Mixto) y desde fibras elaboradas con un contenido del 100% de material reciclado. Este último sello es desafortunadamente el menos común a día de hoy debido a su mayor coste.
Estos sellos, sin duda, han marcado un cambio positivo dentro del sector editorial; sin embargo, hay mucho trabajo que hacer aún. Muchas ediciones siguen lanzándose envueltas en plástico, un material aún demasiado utilizado también en el packaging. La cadena de distribución está organizada de forma que los libros siguen un proceso de ida y vuelta de la editorial a la distribución al punto de venta o cliente y luego de vuelta a los almacenes, donde muchas veces son tirados, provocando un inútil desgaste de combustible y gases contaminantes.
Puede que el cambio mayor, sin embargo, tenga que llegar de los lectores y de los autores mismos, de aquellos, de hecho, que no se dejan guiar por las directrices de la mentalidad capitalista.
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Peón Negro Editores es una editorial ecológica y comprometida con el cuidado del medio ambiente. Utiliza exclusivamente papel sellado FSC Reciclado, tintas ecológicas e incorpora materiales reciclados y libres de plástico en su packaging y gadgets editoriales. Además, prescinde de trabajar con distribuidoras para limitar el número de envíos innecesarios y reducir su huella de carbono. Sin embargo, este caso es una excepción, ya que hasta la fecha, muchas editoriales mantienen prácticas de producción que priorizan el ahorro en lugar de cuidar el planeta. Por esta razón, el cambio verdadero también debe llegar de aquellos que viven la industria del libro de manera indirecta, como los lectores y los autores.
Los primeros pueden contribuir al cambio eligiendo ediciones que exhiban los sellos FSC en sus portadas, evitando los libros envueltos en plástico, solicitando un packaging en papel o comprando libros en tiendas de segunda mano. De esta manera, podrían impulsar al sector, comunicando su interés en exigir un cambio que tenga en cuenta el medio ambiente.
Por otro lado, muchos autores reconocidos, como J.K. Rowling o Isabel Allende, han exigido que sus libros se impriman en papel sellado FSC o reciclado, marcando una actitud que debería haberse implementado hace años.
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La educación ambiental debe convertirse en una base para elaborar un nuevo estilo de vida. Debe volverse una práctica educativa interiorizada en la vida social para que los miembros de la sociedad participen, según sus posibilidades, en la tarea de mejorar las relaciones entre la humanidad y el medio ambiente. El 26 de enero es una oportunidad no solo para habilitar a los gobiernos mundiales, sino también para concienciarnos sobre el impacto que podemos tener en el futuro que nos espera, cada uno en su área de pertenencia. En el caso de Peón Negro Editores, aprovechamos este día para poner una vez más sobre la mesa el problema del impacto ambiental del sector del libro, contribuyendo, al menos, al despertar de una conciencia colectiva que impulse cambios positivos hacia un futuro más sostenible.
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