Las mujeres en la literatura: la fuerza y voz femenina

Desde el inicio de la escritura y durante siglos, el arte de las palabras estuvo reservado para los escritores varones. Hace varias décadas que la producción literaria comienza a equilibrar la balanza en cuanto a géneros y las mujeres en la literatura comienzan a ocupar un rol cada vez más importante en la producción escrita.
7 marzo, 2024
Santiago Codina
mujeres en la literatura

 

Hablar de las mujeres en la literatura resulta un tema apasionante, aunque también es terreno pantanoso. Resulta imposible obviar un posicionamiento político previo a la hora de elegir la información, seleccionar las palabras y desembocar finalmente en conclusiones. En este artículo, mediante datos y citas de trabajos académicos, me centraré en lo que hoy nadie discute y sobre lo que hay un consenso universal: las mujeres fueron relegadas del ámbito intelectual durante siglos y después de años y años de silencio, comienzan a tener la palabra.

 

La mujer como musa

La literatura a lo largo de la historia, como todas las industrias culturales, formó una idea de la mujer, una idea femenina desde una visión masculina. La mujer era la musa de los poetas, la inspiración de los escritores y cuando quería salir de su rol impuesto en el hogar y bien alejada de la formación y del acceso a la cultura, chocaba contra un muro doble. Tal como apunta la doctora en Ciencias del Lenguaje y la Literatura, Pilar Lozano Mijares, en El papel de las mujeres en la literatura, el doble muro era “el rechazo social y el desprecio intelectual” por un lado, y “las inseguridades propias, los miedos a no ser lo suficientemente inteligentes ni poseer la suficiente educación y formación, ni la suficiente capacidad técnica y creativa, como para ser capaces de escribir bien”, por otro.

la-figura-de-la-mujer-leyendo-en-la-obra-de-pierre-auguste-renoir-1783-1

 

Este muro, por suerte, comenzó a resquebrajarse hace varias décadas y ya no se aplica a la mayoría de las mujeres, aunque la disputa por el reconocimiento pleno no se detiene. Hasta el siglo XIX, continúa Mijares, “…el hombre es el sujeto de la representación (el que tiene voz, el que habla), y la mujer es el objeto: algo sobre lo que se habla, sin identidad propia”.

 

La mujer estereotipada

 

Pensemos brevemente los personajes femeninos, creados por hombres, en la literatura clásica. La mujer no problemática, sumisa y por ende buena; y la mujer mala, generalmente representada como loca o prostituta, que genera problemas en la trama literaria.

Desde que la mujer pudo acceder a la educación universitaria, comenzó a ocupar lentamente un rol laboral activo y a desarrollar su vida con mayor independencia social y económica. Así se comienza a cuestionar la posición femenina en la sociedad y así surge, muy resumidamente, el feminismo. El estereotipo de mujer y su rol que hasta entonces era incuestionable, empieza a ser rechazado con argumentos más que sólidos.

Mujer lectora, hombre publicado

 

jane-austen_

Jane Austen escogió la firma “by a lady”, que significa “por una dama”. La autora sabía que firmar con su nombre le iba a traer serios problemas, sin embargo, tampoco quiso firmar bajo el seudónimo de un nombre masculino.

 

En la actualidad, las mujeres ocupan un rol preponderante en el ámbito académico de la literatura, aunque en la producción literaria siguen relegadas a un segundo plano. Según el informe Hábitos de lectura y compra de libros en España, editado por el Ministerio de Cultura en 2021, el 62% de las publicaciones son de autores varones en España y solo el 38% pertenecen a mujeres. Lo llamativo es que las mujeres leen más que los hombres: un 69,6 % frente a un 59 % de hombres. Según la profesora de estudios de artes y Humanidades de la UOC, Montserrat Gatell, las mujeres fueron invisibilidades y no han podido crear valor: “esto hace unos años costaba mucho decirlo, pero la función de las mujeres en el mundo durante siglos ha sido otra y no han tenido las mismas oportunidades para acceder al mundo del conocimiento. Desde la antigüedad más clásica, las mujeres no tenían acceso a la alfabetización”.

Otro dato llamativo lo brinda lo que sucede en los premios Novel de literatura. Desde 1901 en que se entregó la primera distinción al francés Sully Prudhomme, ha habido 115 ediciones, de las cuales solo 17 fueron mujeres las que recibieron el máximo galardón al que se puede acceder en la literatura. Como dato interesante, en los últimos diez años (2013-2032), han sido cinco las mujeres premiadas, y cinco los hombres, lo que muestra que el reconocimiento literario femenino comienza a equiparar al masculino.

 

La necesidad de una ‘habitación propia’

 

una habitacion propia

 

Desde la década de 1920, la célebre Virginia Woolf y su fundamental obra Una habitación propia, reclaman que la literatura femenina tenga las condiciones de producción necesarias para poder salir del ámbito impuesto que era el hogar y el rol social que no era otro más que el cuidado familiar. Woolf fue pionera en preguntarse por qué no hay registro de mujeres influyentes en la literatura universal, formuló la necesidad de contar con un espacio propio (habitación), y reclamó el acceso a la cultura y la independencia económica, algo fundamental para poder crear con libertad y vivir de manera autosuficiente, sin depender del hombre.

Vivimos en un mundo diverso y en constante movimiento. Por ello es de singular importancia que también se forme una visión del mundo a través de historias de creación femenina. En Peón Negro Editores, contamos con el apoyo de Amora Libros en Barcelona, librería que solo ofrece al público literatura escrita por mujeres. Allí podéis encontrar entre sus estanterías algunos de nuestros títulos.

Las mujeres en la literatura: la fuerza y voz femenina
Desde el inicio de la escritura y durante siglos, el arte de las palabras estuvo reservado para los escritores varones. Hace varias décadas que la producción literaria comienza a equilibrar la balanza en cuanto a géneros y las mujeres en la literatura comienzan a ocupar un rol cada vez más importante en la producción escrita.
7 marzo, 2024
Santiago Codina
mujeres en la literatura

 

Hablar de las mujeres en la literatura resulta un tema apasionante, aunque también es terreno pantanoso. Resulta imposible obviar un posicionamiento político previo a la hora de elegir la información, seleccionar las palabras y desembocar finalmente en conclusiones. En este artículo, mediante datos y citas de trabajos académicos, me centraré en lo que hoy nadie discute y sobre lo que hay un consenso universal: las mujeres fueron relegadas del ámbito intelectual durante siglos y después de años y años de silencio, comienzan a tener la palabra.

 

La mujer como musa

La literatura a lo largo de la historia, como todas las industrias culturales, formó una idea de la mujer, una idea femenina desde una visión masculina. La mujer era la musa de los poetas, la inspiración de los escritores y cuando quería salir de su rol impuesto en el hogar y bien alejada de la formación y del acceso a la cultura, chocaba contra un muro doble. Tal como apunta la doctora en Ciencias del Lenguaje y la Literatura, Pilar Lozano Mijares, en El papel de las mujeres en la literatura, el doble muro era “el rechazo social y el desprecio intelectual” por un lado, y “las inseguridades propias, los miedos a no ser lo suficientemente inteligentes ni poseer la suficiente educación y formación, ni la suficiente capacidad técnica y creativa, como para ser capaces de escribir bien”, por otro.

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Este muro, por suerte, comenzó a resquebrajarse hace varias décadas y ya no se aplica a la mayoría de las mujeres, aunque la disputa por el reconocimiento pleno no se detiene. Hasta el siglo XIX, continúa Mijares, “…el hombre es el sujeto de la representación (el que tiene voz, el que habla), y la mujer es el objeto: algo sobre lo que se habla, sin identidad propia”.

 

La mujer estereotipada

 

Pensemos brevemente los personajes femeninos, creados por hombres, en la literatura clásica. La mujer no problemática, sumisa y por ende buena; y la mujer mala, generalmente representada como loca o prostituta, que genera problemas en la trama literaria.

Desde que la mujer pudo acceder a la educación universitaria, comenzó a ocupar lentamente un rol laboral activo y a desarrollar su vida con mayor independencia social y económica. Así se comienza a cuestionar la posición femenina en la sociedad y así surge, muy resumidamente, el feminismo. El estereotipo de mujer y su rol que hasta entonces era incuestionable, empieza a ser rechazado con argumentos más que sólidos.

Mujer lectora, hombre publicado

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Jane Austen escogió la firma “by a lady”, que significa “por una dama”. La autora sabía que firmar con su nombre le iba a traer serios problemas, sin embargo, tampoco quiso firmar bajo el seudónimo de un nombre masculino.

 

En la actualidad, las mujeres ocupan un rol preponderante en el ámbito académico de la literatura, aunque en la producción literaria siguen relegadas a un segundo plano. Según el informe Hábitos de lectura y compra de libros en España, editado por el Ministerio de Cultura en 2021, el 62% de las publicaciones son de autores varones en España y solo el 38% pertenecen a mujeres. Lo llamativo es que las mujeres leen más que los hombres: un 69,6 % frente a un 59 % de hombres. Según la profesora de estudios de artes y Humanidades de la UOC, Montserrat Gatell, las mujeres fueron invisibilidades y no han podido crear valor: “esto hace unos años costaba mucho decirlo, pero la función de las mujeres en el mundo durante siglos ha sido otra y no han tenido las mismas oportunidades para acceder al mundo del conocimiento. Desde la antigüedad más clásica, las mujeres no tenían acceso a la alfabetización”.

Otro dato llamativo lo brinda lo que sucede en los premios Novel de literatura. Desde 1901 en que se entregó la primera distinción al francés Sully Prudhomme, ha habido 115 ediciones, de las cuales solo 17 fueron mujeres las que recibieron el máximo galardón al que se puede acceder en la literatura. Como dato interesante, en los últimos diez años (2013-2032), han sido cinco las mujeres premiadas, y cinco los hombres, lo que muestra que el reconocimiento literario femenino comienza a equiparar al masculino.

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una habitacion propia

 

Desde la década de 1920, la célebre Virginia Woolf y su fundamental obra Una habitación propia, reclaman que la literatura femenina tenga las condiciones de producción necesarias para poder salir del ámbito impuesto que era el hogar y el rol social que no era otro más que el cuidado familiar. Woolf fue pionera en preguntarse por qué no hay registro de mujeres influyentes en la literatura universal, formuló la necesidad de contar con un espacio propio (habitación), y reclamó el acceso a la cultura y la independencia económica, algo fundamental para poder crear con libertad y vivir de manera autosuficiente, sin depender del hombre.

Vivimos en un mundo diverso y en constante movimiento. Por ello es de singular importancia que también se forme una visión del mundo a través de historias de creación femenina. En Peón Negro Editores, contamos con el apoyo de Amora Libros en Barcelona, librería que solo ofrece al público literatura escrita por mujeres. Allí podéis encontrar entre sus estanterías algunos de nuestros títulos.

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