Día internacional del libro infantil: prácticas para fomentar la conciencia ambiental en niños a través de libros

 El cuidado del planeta no es un elemento que deba pasar desapercibido en la educación infantil, de hecho cada vez es más frecuente la presencia de material didáctico en las escuelas orientado a que los niños y niñas conozcan el mundo que habitamos y cómo cuidarlo, ya que será el lugar que habiten cuando sean mayores. De nosotros depende facilitar las herramientas para que las próximas generaciones disfruten de un mundo mejor y más sano. La educación ambiental infantil debe tener un lugar de importancia en el sistema educativo en todo el mundo.

El día internacional del libro infantil y juvenil se celebra para conmemorar el nacimiento de uno de los autores que más ha marcado la literatura para los más jóvenes: Hans Anderson. El autor de La sirenita, El patito feo, El traje nuevo del emperador y Pulgarcita, entre otros, nació un 2 de abril de 1805 en Dinamarca y es hoy en día uno de los autores infantiles más influyentes a nivel mundial. 

La literatura, como elemento fundamental de la cultura en toda sociedad, debe colaborar para que se genere conciencia y se despierte el interés por el cuidado de nuestro planeta, tanto en los padres como en los profesores y, por supuesto, en los más pequeños. 

Literatura infantil para un mundo mejor

Son muchas las publicaciones que en los últimos años dan cuenta del problema al que se enfrenta el planeta, y abordan de manera didáctica toda clase de cuestiones, como la tala descontrolada de árboles, la importancia del cuidado del agua, fomentar los productos de kilómetro cero, reconocer el daño que hacen las emisiones de gases y desechos químicos por parte de fábricas en el aire y los cursos de agua, como también el uso insostenible del plástico. 

¿Y tú qué haces para combatir el cambio climático?, del autor Joan Olivares; Cuentos para salvar el planeta, con la coautoría de Cris Ramos, Paolo Ferri y Anna Casals; y Mi primera guía sobre el cambio climático, de José Luis Gallego e ilustrado por Òscar Julve, son solo algunos ejemplos de los cientos de libros que intentan acercar a los más pequeños a una educación con perspectiva ecológica.

Infancias y tecnología

Los últimos veinte años hemos sido testigos omniscientes (y protagonistas) de una verdadera revolución. El crecimiento abismal que han tenido los teléfonos móviles en nuestras vidas han modificado absolutamente todo. Poco se habla de la contaminación tecnológica y de la llamada “basura electrónica”, ya que el uso masivo de móviles y aparatos electrónicos de todo tipo se ha expandido muy rápido a lo largo y ancho del planeta tierra. Este problema, sumado a una vorágine de consumo cada vez más notoria, hace que no solo se contamine el suelo y el agua, ya que poseen elementos sumamente tóxicos (mercurio, plomo, cadmio, plomo, cromo, arsénico o antimonio), sino que estemos expuestos a las pantallas desde una edad cada vez más temprana. Las consecuencias: aún están por verse.

Numerosos son los estudios que afirman que no solo se perjudica la vista, sino que la concentración se ve afectada y aparecen trastornos de ansiedad en el abuso de las pantallas en todas las edades. La Asociación Española de Pediatría ha presentado en 2023 una guía para ayudar a las familias a moderar el impacto de las tecnologías. Dormir, comer y jugar lejos de las pantallas son algunos de los consejos que da la asociación para ayudar en un crecimiento sano; aquí, y para aprovechar el día internacional del libro infantil, agregamos leer.

La industria editorial también debe aportar lo que esté a su alcance para avanzar hacia un mundo mejor. En Peón Negro Editores, además de no utilizar ningún componente de plástico y contar con papel 100% reciclado, ofrecemos un modelo diferente de distribución: trabajamos directamente con librerías. De este modo evitamos un intermediario y minimizamos el transporte, además de generar lazos más cercanos con librerías de toda España.

El cuidado del planeta no es un elemento que deba pasar desapercibido en la educación infantil, de hecho cada vez es más frecuente la presencia de material didáctico en las escuelas orientado a que los niños y niñas conozcan el mundo que habitamos y cómo cuidarlo, ya que será el lugar que habiten cuando sean mayores. De nosotros depende facilitar las herramientas para que las próximas generaciones disfruten de un mundo mejor y más sano. La educación ambiental infantil debe tener un lugar de importancia en el sistema educativo en todo el mundo.

El día internacional del libro infantil y juvenil se celebra para conmemorar el nacimiento de uno de los autores que más ha marcado la literatura para los más jóvenes: Hans Anderson. El autor de La sirenita, El patito feo, El traje nuevo del emperador y Pulgarcita, entre otros, nació un 2 de abril de 1805 en Dinamarca y es hoy en día uno de los autores infantiles más influyentes a nivel mundial. 

La literatura, como elemento fundamental de la cultura en toda sociedad, debe colaborar para que se genere conciencia y se despierte el interés por el cuidado de nuestro planeta, tanto en los padres como en los profesores y, por supuesto, en los más pequeños. 

Literatura infantil para un mundo mejor

Son muchas las publicaciones que en los últimos años dan cuenta del problema al que se enfrenta el planeta, y abordan de manera didáctica toda clase de cuestiones, como la tala descontrolada de árboles, la importancia del cuidado del agua, fomentar los productos de kilómetro cero, reconocer el daño que hacen las emisiones de gases y desechos químicos por parte de fábricas en el aire y los cursos de agua, como también el uso insostenible del plástico. 

¿Y tú qué haces para combatir el cambio climático?, del autor Joan Olivares; Cuentos para salvar el planeta, con la coautoría de Cris Ramos, Paolo Ferri y Anna Casals; y Mi primera guía sobre el cambio climático, de José Luis Gallego e ilustrado por Òscar Julve, son solo algunos ejemplos de los cientos de libros que intentan acercar a los más pequeños a una educación con perspectiva ecológica.

Infancias y tecnología

Los últimos veinte años hemos sido testigos omniscientes (y protagonistas) de una verdadera revolución. El crecimiento abismal que han tenido los teléfonos móviles en nuestras vidas han modificado absolutamente todo. Poco se habla de la contaminación tecnológica y de la llamada “basura electrónica”, ya que el uso masivo de móviles y aparatos electrónicos de todo tipo se ha expandido muy rápido a lo largo y ancho del planeta tierra. Este problema, sumado a una vorágine de consumo cada vez más notoria, hace que no solo se contamine el suelo y el agua, ya que poseen elementos sumamente tóxicos (mercurio, plomo, cadmio, plomo, cromo, arsénico o antimonio), sino que estemos expuestos a las pantallas desde una edad cada vez más temprana. Las consecuencias: aún están por verse.

Numerosos son los estudios que afirman que no solo se perjudica la vista, sino que la concentración se ve afectada y aparecen trastornos de ansiedad en el abuso de las pantallas en todas las edades. La Asociación Española de Pediatría ha presentado en 2023 una guía para ayudar a las familias a moderar el impacto de las tecnologías. Dormir, comer y jugar lejos de las pantallas son algunos de los consejos que da la asociación para ayudar en un crecimiento sano; aquí, y para aprovechar el día internacional del libro infantil, agregamos leer.

La industria editorial también debe aportar lo que esté a su alcance para avanzar hacia un mundo mejor. En Peón Negro Editores, además de no utilizar ningún componente de plástico y contar con papel 100% reciclado, ofrecemos un modelo diferente de distribución: trabajamos directamente con librerías. De este modo evitamos un intermediario y minimizamos el transporte, además de generar lazos más cercanos con librerías de toda España.

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