El futuro de las editoriales independientes: innovación, resistencia y comunidad
Innovación, resistencia y comunidad son, sin duda, los tres pilares en los que las editoriales independientes deberán plantear su estrategia para poder competir en el mercado de la literatura. Aquí surgen varias preguntas que debemos hacernos para poder comprender sus estrategias comerciales y de posicionamiento: ¿Innovar cómo? ¿Resistir a qué? ¿Dónde está y cómo es esa comunidad?
Un poco de historia
Aunque existen varios puntos de vista, podría decirse que en siglo XIX comenzaron a aparecer las primeras editoriales independientes. Estas empresas surgieron como una respuesta a la creciente demanda de publicaciones más accesibles, que no solo sean para la clase alta y la burguesía. Además comenzaron a haber libros publicados en editoriales especializadas o con una diversificación mayor a lo que se venía produciendo desde el inicio de la industria.
Las grandes casas editoras eran muy selectivas con sus publicaciones y no era frecuente escuchar (o leer) voces controversiales o temas experimentales que se salieran de la norma aceptada por las elites.
El siglo XX fue el boom de las editoriales independientes. Fue en este siglo cuando se instalaron grandes empresas con una estrategia diferente, como es el caso de la francesa Gallimard, la cual supo hacer de sus portadas minimalistas y sus textos potentes una marca registrada.
Innovación
En plena era de la imagen, las redes sociales, el dinamismo y la creatividad sobre lo tradicional y estancado, la innovación juega un rol fundamental en el desarrollo y futuro de las editoriales independientes. Con modelos de negocio alternativos, como es el caso de Peón Negro Editores que trabaja con distribución directa, sin pasar por el intermediario que son las distribuidoras, u otras que apuestan por el libro digital, o los autores que deciden abrirse paso sin el apoyo de editoriales para dar a conocer sus libros, el mercado se mueve en varias direcciones, lo que aporta una diversidad nunca antes vista.
Con métodos como campañas de crowdfunding, suscripciones y nuevas formas de financiar el nacimiento de un libro, las editoriales no hacen otra cosa que adaptarse y evolucionar, aprovechando la creatividad y el uso de las redes sociales o especializándose en un nicho muy específico para garantizarse una cuota de mercado.
Un tema que la literatura tiene bastante pendiente de discutir es el uso de la Inteligencia Artificial, no solo en la creación de contenido literario, sino en la automatización de procesos en la cadena de producción, lo que abarata costos y agiliza plazos.
Resistencia
Una editorial independiente es una editorial que resiste. Todas ellas luchan por mantenerse en un mercado cambiante y con actores muy protagónicos que marcan el paso a su gusto hegemonizando el contenido cultural.
Si hay un tema dentro del sector editorial que se ha discutido y criticado por los autores es el control de los derechos. Es normal que las grandes empresas se adueñen, en cierta manera, de los derechos de sus libros, dejando a los autores un poco relegados para poder actuar sobre sus propios escritos. Esta crítica es bien conocida entre quienes frecuentan el sector del libro. Por esto, trabajar codo a codo con los autores para que estos mantengan los derechos de la obra es bien importante, intentando priorizar la relación entre las partes, sin olvidar lo económico, pero que no sea este el motor absoluto de las acciones.
La sostenibilidad es un apartado que comenzó a sonar en los últimos años. Los cambios climáticos, el efecto invernadero, la tala indiscriminada de árboles para la fabricación de papel es algo que tanto las editoriales independientes como las hegemónicas no pueden dejar pasar por alto. En Peón Negro Editores este tema es una prioridad. Es por ello que todas nuestras publicaciones son llevadas a cabo con papel 100% reciclado, reutilizando hasta siete veces el papel.
Comunidad
Por último, y no menos importante, la comunidad surge como uno de los pilares a la hora de plantearnos el futuro de las editoriales independientes. Nuevas formas de comunicar y de llegar al público están apareciendo en diferentes partes del mundo.
Ferias especializadas, apoyos a la comunidad independiente, clubes de lectura, newsletter originales y con gancho, librerías independientes y nuevas formas de generar comunidad (como el trabajo que lleva adelante Editorial Orsai, de Hernán Casciari, en Argentina, que ha sabido construir una fuerte comunidad fiel a sus publicaciones), son ejemplos del dinamismo que está adquiriendo el sector.
El futuro
Hablar de futuro es analizar el presente y poder observar cómo se están comportando las editoriales independientes en el mundo. El sector editorial se ha dinamizado, se está reinventando constantemente y ofreciendo nuevas y novedosas formas de llegar a su público, de interactuar con él y de ofrecer algo diferente.
Es por ello que apoyar a las editoriales independientes, dar soporte a aquellas editoriales que salen de los cánones establecidos y participar en aquellos ámbitos de interés es y será fundamental para que surjan nuevas formas de comunicar, nuevas historias, tan dinámicas como el mundo en el que vivimos.
Innovación, resistencia y comunidad son, sin duda, los tres pilares en los que las editoriales independientes deberán plantear su estrategia para poder competir en el mercado de la literatura. Aquí surgen varias preguntas que debemos hacernos para poder comprender sus estrategias comerciales y de posicionamiento: ¿Innovar cómo? ¿Resistir a qué? ¿Dónde está y cómo es esa comunidad?
Un poco de historia
Aunque existen varios puntos de vista, podría decirse que en siglo XIX comenzaron a aparecer las primeras editoriales independientes. Estas empresas surgieron como una respuesta a la creciente demanda de publicaciones más accesibles, que no solo sean para la clase alta y la burguesía. Además comenzaron a haber libros publicados en editoriales especializadas o con una diversificación mayor a lo que se venía produciendo desde el inicio de la industria.
Las grandes casas editoras eran muy selectivas con sus publicaciones y no era frecuente escuchar (o leer) voces controversiales o temas experimentales que se salieran de la norma aceptada por las elites.
El siglo XX fue el boom de las editoriales independientes. Fue en este siglo cuando se instalaron grandes empresas con una estrategia diferente, como es el caso de la francesa Gallimard, la cual supo hacer de sus portadas minimalistas y sus textos potentes una marca registrada.
Innovación
En plena era de la imagen, las redes sociales, el dinamismo y la creatividad sobre lo tradicional y estancado, la innovación juega un rol fundamental en el desarrollo y futuro de las editoriales independientes. Con modelos de negocio alternativos, como es el caso de Peón Negro Editores que trabaja con distribución directa, sin pasar por el intermediario que son las distribuidoras, u otras que apuestan por el libro digital, o los autores que deciden abrirse paso sin el apoyo de editoriales para dar a conocer sus libros, el mercado se mueve en varias direcciones, lo que aporta una diversidad nunca antes vista.
Con métodos como campañas de crowdfunding, suscripciones y nuevas formas de financiar el nacimiento de un libro, las editoriales no hacen otra cosa que adaptarse y evolucionar, aprovechando la creatividad y el uso de las redes sociales o especializándose en un nicho muy específico para garantizarse una cuota de mercado.
Un tema que la literatura tiene bastante pendiente de discutir es el uso de la Inteligencia Artificial, no solo en la creación de contenido literario, sino en la automatización de procesos en la cadena de producción, lo que abarata costos y agiliza plazos.
Resistencia
Una editorial independiente es una editorial que resiste. Todas ellas luchan por mantenerse en un mercado cambiante y con actores muy protagónicos que marcan el paso a su gusto hegemonizando el contenido cultural.
Si hay un tema dentro del sector editorial que se ha discutido y criticado por los autores es el control de los derechos. Es normal que las grandes empresas se adueñen, en cierta manera, de los derechos de sus libros, dejando a los autores un poco relegados para poder actuar sobre sus propios escritos. Esta crítica es bien conocida entre quienes frecuentan el sector del libro. Por esto, trabajar codo a codo con los autores para que estos mantengan los derechos de la obra es bien importante, intentando priorizar la relación entre las partes, sin olvidar lo económico, pero que no sea este el motor absoluto de las acciones.
La sostenibilidad es un apartado que comenzó a sonar en los últimos años. Los cambios climáticos, el efecto invernadero, la tala indiscriminada de árboles para la fabricación de papel es algo que tanto las editoriales independientes como las hegemónicas no pueden dejar pasar por alto. En Peón Negro Editores este tema es una prioridad. Es por ello que todas nuestras publicaciones son llevadas a cabo con papel 100% reciclado, reutilizando hasta siete veces el papel.
Comunidad
Por último, y no menos importante, la comunidad surge como uno de los pilares a la hora de plantearnos el futuro de las editoriales independientes. Nuevas formas de comunicar y de llegar al público están apareciendo en diferentes partes del mundo.
Ferias especializadas, apoyos a la comunidad independiente, clubes de lectura, newsletter originales y con gancho, librerías independientes y nuevas formas de generar comunidad (como el trabajo que lleva adelante Editorial Orsai, de Hernán Casciari, en Argentina, que ha sabido construir una fuerte comunidad fiel a sus publicaciones), son ejemplos del dinamismo que está adquiriendo el sector.
El futuro
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